lunes, 28 de septiembre de 2009

Ensayo de Ma. XIMENA VARGAS MARTÍNEZ.

EL DISCURSO.

Dentro de cada una de las pretensiones que tenemos para iniciar un discurso, cualquiera que sea, siempre debemos trazar un tipo de parámetros para que dicho Discurso sea coherente y agrade a nuestros destinatarios, así que, debemos remitirnos a una serie de elementos constitutivos tales como el tipo de expresión, la manera de hablar, la clase de lenguaje apropiado para determinada situación expuesta, la actitud que se tenga frente al auditorio, el tipo de conectividad que se logre interponer entre el orador y el auditorio, en fin, una cadena de componentes necesarios para lograr nuestro propósito.

Uno de los propósitos que mas me llama la atención es el de causar un cambio frente al auditorio, pues siempre se espera que los receptores del mensaje transmitido entiendan de manera fácil y fructífera lo que se quiere exponer, si llegase una persona con una pésima disposición a interrumpir de manera abrupta la actitud del auditorio, con palabras que no tienen sentido, con un tono de voz neutro, sin ningún tipo de disposición corporal en donde no se haga uso de sus gestos, de sus miradas, pues claramente no va a tener una apreciación positiva de su trabajo, porque lo que se quiere lograr con un discurso es entablar una conversación amena con el auditorio, que exista conexión con las ideas a exponer y con las ideas que el auditorio tenga acerca de dicho tema a tratar; estas ideas, afirmaciones, soluciones, opiniones, etc., deben tener un fundamento argumentativo claro y preciso, no se pueden dejar desvanecer las ideas propias que tengo sobre lo que voy a mostrar, pues no se tendría un tipo de confianza sobre las palabras que digo, y se llegarían a crear frases sin ningún sentido donde no se generen argumentos que el público, en este caso es el auditorio rechace, se tienen que fundamentar argumentos propios, teniendo en cuenta que siempre nuestro tipo de pensamiento, criterio o perspectiva sobre algún tema o en general de las cosas es mutable.

El Discurso dentro de sus enormes ventajas, tiende a remitir a una premisa cultural para que exista una formación ideológica a nivel social, es muy importante que dichas premisas que se quieran lograr no se enfoquen a ciertos actos especulativos pues siempre se debe ser claro en las ideas; el Discurso, tiene unas funciones que son las de informar, las de expresar, las de argumentar, cada una de ellas establecidas dentro de un tipo de lenguaje claro para que existan interconexiones de argumentos diversos. Siempre se tiene que hablar con elocuencia, para poder explicar lo que se expone, para poder persuadir al auditorio, pero para que se puedan lograr estas apreciaciones, se tienen que fundamentar los temas a discurrir dentro de un alto grado de calidad, donde se tenga la información requerida, demostrando claridad y verdad, reflejando confianza y convicción de sí mismo, no se puede llegar a improvisar sobre un tema, se tiene que tener una preparación previa, donde el orador tenga claridad sobre los temas a discutir.

Aristóteles, dentro de la composición del Discurso, parte de 5 etapas previas para lograr un buen Discurso.

Entre ella se encuentran:

- La Inventio: que es la selección de la información y de la intencionalidad que tiene dicha información.

- La Dispositivo: que es la estructura y organización de los temas a tratar y de los momentos a utilizar para desarrollar los temas.

- La Memoria: que es la fijación formal dentro de la cual se encaja el tema.

- La Actio: que es la acción de emitir un discurso, utilizando los temas necesarios para el auditorio.

- La Elocutio: que serie el estilo con el que se emplean las palabras apropiadas y los recursos teóricos.

Dentro de todas las técnicas, elementos, y demás unidades que conforman el Discurso, y que se tienen en cuenta por parte del orador para lograr un buen resultado, así mismo los receptores del mensaje deben estar en disposición de aceptar la exposición de ideas que el orador transmite, estar atento a sus palabras, no estropear con interrupciones la integridad con la que habla el orador, en síntesis una relación de respeto con el orador.

Para concluir, siempre se debe lograr entrar en empatía con nuestro auditorio, es nuestro deber como oradores entablar una conversación amena y segura frente a los receptores, mostrándonos tangibles, con argumentos validos y lógicos que agraden y llamen la atención de quienes nos escuchan, y más aún teniendo como punto de partida el tipo de material que nos fortalezca, preparación a conciencia del tema a exponer, y sobre todo simpatía por la labor que se hace.

1 comentario:

  1. Excelente Ensayo!... Debo decir que la estudiante es una gran escritora. Disfruté mucho leerlo.
    Jaime Suárez Gómez - Estudiante Universidad libre

    ResponderEliminar