jueves, 19 de abril de 2018

Ética, educación y Derecho


La pedagogía de la liberación es un elemento teórico práctico de la realidad social. Ya que esta última trata de liberar a los hombres de la incapacidad que tienen para juzgar críticamente las imposiciones que la cultura pone en sus mentes. Motivo por el cual el docente universitario debe saber comunicar aquellos saberes que pueden estimular la comprensión de los fenómenos sociales de manera racional y no mecánica. Como consecuencia los ciudadanos serán mucho más justos y solidarios.

Una tarea pendiente para el docente de hoy es el deber vincular a la educación dentro un contexto social y humanista, así los niños y jóvenes serán más autónomos y reflexivos.

La historia nos señala de forma detallada como la comunicación y el lenguaje pedagógico han tenido que afrontar épocas de fuertes crisis. Para nadie es un misterio que las fuerzas económicas de producción al interior de los países de la tierra tienen a su disposición un poder bastante fuerte que les permite someter cualquier tipo de expresión que vaya en contra de sus políticas e intereses colectivos. Por otra parte no se trata de resistir aquella imposición mediante la fuerza. Todo lo contrario: mediante la educación y una comunicación significativa que pueda fomentar una conciencia que le permita a los ciudadanos escoger libremente un sistema de formación educativo, económico y político donde la libre participación sea más un deseo personal y no una obligación colectiva. Para lograr dichos objetivos esto deberá iniciarse al interior de las aulas de clase de los jóvenes universitarios; ya que estos son más susceptibles a la hora de recibir un contenido pedagógico.

La comunicación a superado las barreras que se la han tratado de imponer y que a la larga han tendido a fortalecer los interés colectivos de las relaciones entre el poder económico y político. Y esto a través del lenguaje, pero que es el lenguaje explicado de la formas más sencilla?
El lenguaje, le brinda la posibilidad al hombre de seleccionar, citar, coordinar y combinar conceptos de diversa complejidad; también el ejemplo cuenta en la vida de los estudiantes, el modelo a seguir, el maestro.

Nos asalta en nuestras vidas un temor y como lo señala Fraile
“Temo que se coloca demasiado énfasis en las nuevas tecnologías, en la educación tecnocientífica, restringiendo el espacio de los paradigmas, los valores, la ética. Sin humanismo tendremos una generación dotada de capacidad profesional pero sin corazón. La competencia habrá de prevalecer sobre la solidaridad y el capital sobre los derechos humanos. Y así iremos a la barbarie”.
La falta de humanidades en nuestros planes de estudio, esto nos hace cada día más técnicos jurídicos y nos aleja de ser iurisconsultos.
Lizeth Arámbula, (2013), realiza una entrevista  a Enrique Dussel le pregunto:
“¿Hacia dónde considera usted que debería caminar la educación de México y América Latina en los próximos años?

En este momento se está produciendo lo que llamamos un giro descolonizador o el tema de la descolonización epistemológica. Desde el siglo XV —la invasión de América, el mal llamado “descubrimiento”—, Europa se transformó en metrópolis y nosotros fuimos su colonia en todos los niveles: político, militar y cultural”.

La formación de los juristas debe estar con un objetivo muy claro, un humanismo realista, esto es  en primer término, nos debemos pre-ocupar por impartir un conocimiento acerca del derecho basado en la idea de que el quehacer jurídico es razonamiento práctico, y de esta forma poder reconocer algo que se deja de lado una relación estrecha entre derecho y ética,. En segundo lugar, nuestros abogados deben tener un rasgo característico ser un profesional analítico simbólico cuya identidad este marcada por el hallar una respuesta justa en cada uno de sus litigios y problemas que serán el pan de cada día. Finalmente, un abogado que tenga en su horizonte la dignidad de la persona humana

Tenemos que reconocer que a los estudios de Derecho les hace falta una mayor práctica durante las asignaturas, esta es una de las razones por las que los egresados no cuentan con las aptitudes necesarias para poder ejercer una vez que han concluido los estudios, falta incluir dentro de los pensum seminarios prácticos en los que los estudiantes estén en contacto con realidad propia de ser un abogado y se acostumbre con lo que en el futuro será su vida profesional, esta reforma busca esto, que el consultorio jurídico empiece a la mitad de la carrera al inició como observador para que en los dos últimos años pueda asumir la verdadera tarea del abogado.

La tarea al futuro para los nuevos juristas y para sus formadores es el lograr que como para algunos de  los estudiantes que tienen la claridad que su vocación es ser abogado, sin embargo la mayoría de ellos se gradúan de bachiller y por diversas razones no tienen definido que harán de ahí en adelante, se preguntan qué universidad será la mejor, facilidades de pago, horarios, calidad e incluso ubicación. Tantas preguntas que se hacen unos y otros, pero en realidad la pregunta sería: Qué quiero ser y por qué? …  Si estudio derecho que no sea por dinero, que no sea por simple necesidad de ser alguien en la vida con un título buscando abrirme camino, estudio derecho  porque entiendo que el ser abogado me da herramientas para cambiar la sociedad como hacedor de justicia, para ser un verdadero humanista.

Algunos se preguntan si el estudio del Derecho está en decadencia, pero si se trata de comprender al derecho como fenómeno social y, en tanto esto, como modo de control social, se podrán captar matices más sutiles y comprensivos de la enseñanza del derecho. En esta línea es más fácil de entender por qué circula un discurso no descriptivo. La educación en derecho consiste en la inculcación de la idea de que el sistema normativo vigente es un hecho natural, inmodificable, bueno y ajeno a las manipulaciones políticas. Esto es crucial en la formación de la conciencia de quienes están destinados, mayoritariamente, a aplicar el complejo de normas vigentes.

Es probable que la preeminencia de conceptos valorativos del derecho pueda relacionarse, además de lo antedicho, con lo que Nino señala respecto de la necesidad de contar con distintos conceptos según el ámbito de que se trate. Así, si se intenta justificar una acción, como hacen los jueces cuando deben dictar una sentencia, será preciso partir de un concepto normativo del derecho. De otra forma, se estará haciendo una suposición de que existe la justificación para aplicar una norma ya que la obligación de seguirla no puede derivarse del sólo hecho de estar válidamente emitida. De la misma forma, en el ámbito de la educación jurídica, si la finalidad es formar a los futuros abogados litigantes, que son quienes trabajan desde el punto de vista interno –es decir, aceptando las normas vigentes o tratando de encontrar maneras dentro del mismo sistema para eludirlas-, es lógico que se deban proveer definiciones normativas para que los estudiantes encuentren un sustento en su futuro accionar. En este orden de ideas, las dos formas más relevantes de definir al derecho, como orden –positivismo ideológico- o como justicia –iusnaturalismo-, permiten realizar el objetivo de brindar justificaciones para la acción.

Pero insistimos más allá del objeto de estudio sea positivista o iusnaturalista lo importante es hacer que el derecho busque justicia, el hacer del Derecho un elemento humanista, un elemento que busque

Referencias
Arámbula Lizeth, (2013) Entrevista a Enrique Dussel. Editorial: ITESO, Universidad Jesuíta de Guadalajara
Nino Carlos Santiago (1996) Introducción al estudio del Derecho, Buenos Aires,  Ariel


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